Aunque hemos tenido que mover toda la clase, ha merecido la pena.
Mientras sonaba la música teníamos que dar vueltas alrededor de las sillas. Y cuando dejaba de sonar la música, teníamos que buscar una silla para sentarnos.
Poco a poco hemos ido quitando sillas y había que sentarse como podíamos en las sillas que quedaban.
¡Diversión asegurada!
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