Hay acontecimientos y situaciones que surgen de improviso y a las que la familia y la escuela deben hacer frente. Una de ellas es cuando un alumno ha sufrido una pérdida irreparable, en cuyo caso se trata de poner los medios que estén a su alcance para que pueda superar el duelo y volver a su vida habitual lo antes posible.
La muerte es un tema tabú en nuestra sociedad. Muchas veces creemos que no contándole nada protegemos al niño malentendida y otras veces no sabemos cómo abordar el tema.
¿Por qué se debe tratar el tema en estas edades?
- Porque la muerte es un hecho natural
- Porque antes o después el niño se va a tener que enfrentar a la muerte de algún familiar, conocido, mascota.
- Porque hacer del tema un tabú es inculcar en los niños un miedo innecesario.
¿Cómo hay que abordarlo?
- Con naturalidad, sensibilidad, utilizando palabras comprensibles para el niño.
- La actitud que se debe adoptar con el niño es la de compartir el dolor, el asombro y las dudas creando un espacio de seguridad que atienda principalmente sus necesidades y temores.
Desde la psicología evolutiva
La idea que los niños tienen sobre la muerte y la forma de enfrentarla se modifica con la edad. De 3 a 5 años los niños tienen un pensamiento mágico y egocéntrico por lo que ven la muerte como algo temporal y reversible similar a dormir. En su mente la persona fallecida sigue comiendo, respirando y despertará de un momento a otro. Es importante explicarle que cuando alguien muere su cuerpo deja de respirar y se detiene del todo. No puede andar, ni comer y no volverá a despertar. Por tanto habrá que explicarle que la muerte es un proceso natural para todas las personas y que forma parte del ciclo vital. No se puede explicar como que está dormido ya que el niño puede creer que cuando él duerma también se va a morir.