miércoles, 20 de mayo de 2015

La familia y los límites III

¿Cómo actúa una persona sin límites o con límites muy débiles? 

Los límites no se heredan, no vienen dados; se enseñan, se construyen, se trabajan. Y las etapas más importantes son los primeros años, cuando se forma nuestro carácter y las bases de nuestra personalidad adulta. 

Cuando los padres no enseñamos a nuestros hijos a respetar los límites, les estamos haciendo creer que son omnipotentes, que sus deseos están siempre por encima de los demás. Si crecen sordos al NO, les estamos impidiendo ejercitarse para los NO que la vida misma se encargará de ponerles. Por otro lado, el hijo que siente que puede hacer lo que quiera, crecerá de manera egocéntrica. Sentirá que el mundo gira alrededor de sus deseos y en esto les estaremos mintiendo además de hacerles daño...

Hay otra forma en que aparecen las dificultades con los límites, y es cuando éstos son muy débiles. Y es el hijo que no puede hacer uso de su libertad para decir NO, para poner límites al avance del otro, a los que no se comportan correctamente con él.  Temen perder la relación con la otra persona y acceden siempre a sus exigencias, posponiendo sus propias necesidades y deseos.

Cuando a los niños no se les enseña a decir NO o los adultos no los respetamos, quedarán incapacitados para defenderse ante el atropello del otro. Un niño tiene que poder decir "no estoy de acuerdo con eso", "no quiero jugar contigo", "no me gusta esto"... (MI 64)

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